Libros que os recomiendo: El Dhammapada

Portada de la Editorial Plataforma

Cuando comencé a investigar sobre el budismo, el primer libro que leí fue el Dhammapada. Este texto, escrito en un lenguaje muy común y de fácil comprensión, pertenece al Canon Pali y a la escuela Theravada; está compuesto por cuatrocientos veintitrés versos —aunque personalmente, yo los considero más aforismos—, en veintiséis capítulos. Se le atribuye directamente a Buda; teóricamente estos versos fueron pronunciados, en alguna ocasión, en sus discursos a lo largo de su vida.
   Cuando me topé por primera vez con el Dhammapada, yo era una persona bastante escéptica con todo esto, me consideraba uno de esos tipos duros —al más puro estilo de Clint Eastwood— capaz de comerme el mundo a bocados, y todas estas cosas las consideraba de hippies buenrollistas, ya fuera por mi poco interés en informarme sobre el tema —ya sabéis como es el ser humano, si algo no lo conoce o no lo entiende, mejor alejarse de ello, criticarlo e intentar que deje de existir— o por la falsa imagen que el Esoterismo y el New Age, por poner un ejemplo, dan sobre el budismo. Lo leí por encima y sin hacerle mucho caso; como ya os he contado, todo empezó documentándome para una novela que tenía en mente, y tenía tanta información sin procesar en mi mente —a parte de lo confuso y poco fiable que resulta toda la información que encuentras en internet—, que decidí seguir investigando a la vieja usanza, e ir tirando de libros, ya fueran comprados por mí —porque no encontré a ningún conocido que tuviera algún libro o estuviera interesado por el tema— o sacados de la biblioteca. Primero tuve que desintoxicar mi mente de todo lo que había creído aprender por internet, ¿alguna vez os habéis dado cuenta de la cantidad de basura que aparece si pones en Google Zen o Budismo? es algo increïble, desde pequeñas cajitas llenas de arena blanca y con un rastrillito para que te crees tu propio jardín zen, figuritas de pequeños budas cabezones, miles de tutoriales de yoga en Youtube, hasta el ritual que debes hacer para que el Buda gordo atraiga dinero a tu casa —¿Quién da más?—. Así que después de esa desintoxicación empecé a leer libros sobre el tema, y fue así como el Dhammapada cayó en mi poder. He de reconocer que a base de haberlo ido leyendo con más atención, se ha ido convirtiendo en un libro guía para mí, al cual acudo siempre que lo necesito, y del cual acabo aprendiendo algo nuevo cada vez que lo leo. También me pasa algo interesante con él, y es que cada vez que se lo presto a alguien, le gusta tanto que acabo regalándoselo y tengo que volver a comprarme un ejemplar nuevo para mí; ni me acuerdo ya de la cantidad de ejemplares que me habré comprado, pero como se suele decir, sarna con gusto no pica, aunque si somos sinceros, siempre termino rascándome el bolsillo.